La carencia total es un concepto fundamental en el ámbito de las matemáticas financieras, especialmente cuando se trata de préstamos y amortizaciones. Se refiere a un periodo en el cual el prestatario no realiza ningún tipo de pago, ni siquiera de los intereses devengados en cada periodo. Durante esta etapa, el capital vivo del préstamo crece de acuerdo con la ley de la capitalización compuesta, lo que implica un aumento significativo de la deuda total a lo largo del tiempo.
Capital vivo durante la carencia total
Durante el periodo de carencia total, el capital vivo del préstamo experimenta un crecimiento exponencial debido a la acumulación de intereses no pagados. Este fenómeno se explica mediante la capitalización compuesta, que consiste en calcular los intereses sobre el capital inicial más los intereses acumulados en periodos anteriores. Es importante tener en cuenta que, a pesar de no realizarse pagos durante la carencia total, la deuda sigue aumentando y generando costos adicionales para el prestatario.
Amortización tras la carencia total
Una vez finalizado el periodo de carencia total, el prestatario debe comenzar a amortizar el préstamo, es decir, a realizar pagos periódicos para reducir la deuda pendiente. En muchos casos, la amortización se realiza mediante sistemas como el francés, que consiste en pagos constantes que incluyen una parte del capital y otra de intereses. Esta etapa es crucial para estabilizar la deuda y evitar que siga creciendo de forma descontrolada.
En resumen, la carencia total es un periodo en el que el prestatario no realiza pagos de ningún tipo, lo que conlleva un crecimiento exponencial del capital vivo del préstamo. Es fundamental comprender este concepto para planificar adecuadamente la amortización de la deuda y evitar situaciones de sobreendeudamiento.