En el mundo de las matemáticas financieras, los contratos son herramientas fundamentales para gestionar y proteger inversiones. En este artículo, vamos a explorar las características de dos tipos de contratos muy utilizados en el ámbito financiero: los contratos forwards y los contratos de futuros. Estos instrumentos financieros permiten a los inversores fijar precios y condiciones en el mercado, mitigando riesgos y generando oportunidades de ganancias.
Contratos Forwards
Los contratos forwards, también conocidos como contratos a término, se negocian en los mercados OTC (Over The Counter) de forma directa entre las partes involucradas. Por lo general, estos contratos se realizan entre dos entidades financieras o entre una entidad financiera y uno de sus clientes. Una de las características principales de los contratos forwards es que las condiciones se negocian libremente, lo que significa que el valor del contrato inicialmente es cero.
En los contratos forwards, existe un riesgo de crédito, ya que hay posibilidad de incumplimiento por parte de una de las partes. Por esta razón, es fundamental analizar la solvencia de la contraparte antes de firmar el contrato. Dependiendo de la posición tomada en el contrato, ya sea compradora o vendedora, el inversor estará expuesto a diferentes escenarios de ganancias o pérdidas.
Resultado del contrato
– **Posición compradora**: Si se toma una posición compradora en un contrato forward, se espera que el precio del subyacente aumente. En este caso, el inversor confía en comprar a un precio fijo (F) en la fecha de vencimiento (t=n) cuando se espera que el precio del subyacente (Sn) sea mayor. Si el comprador acierta en sus previsiones, obtendrá una ganancia igual a la diferencia entre Sn y F.
– **Posición vendedora**: Por otro lado, si se toma una posición vendedora en un contrato forward, se espera que el precio del subyacente disminuya. En este escenario, el inversor confía en vender a un precio fijo (F) en la fecha de vencimiento cuando se espera que el precio del subyacente (Sn) sea menor. Si el vendedor acierta en sus previsiones, obtendrá una ganancia igual a la diferencia entre F y Sn.
La evolución del precio del subyacente y otros factores como el tipo de interés y la proximidad a la fecha de vencimiento, determinarán si el contrato forward genera ganancias o pérdidas para las partes involucradas. Es importante entender el funcionamiento de estos contratos y analizar cuidadosamente las condiciones antes de firmarlos.
Contratos de Futuros
Los contratos de futuros son acuerdos de transacción del activo subyacente en una fecha futura preestablecida y a un precio fijado en el momento de la firma del contrato. A diferencia de los contratos forwards, los contratos de futuros se negocian en mercados formales a través de brokers en mercados de valores regulados.
Una de las características distintivas de los contratos de futuros es que están estandarizados, lo que significa que se fijan cantidades y calidades estándar en clases y series. Estas clases se refieren al mismo activo subyacente, mientras que las series pertenecen a la misma clase pero con diferentes fechas de vencimiento.
Además, los contratos de futuros cuentan con un sistema de garantías a través de cámaras de compensación, lo que reduce el riesgo de crédito al mínimo. Estas garantías se liquidan diariamente, pero el resultado final se materializa en la fecha de vencimiento del contrato. Los inversores pueden cerrar un contrato de futuros antes de la fecha de vencimiento tomando la posición contraria a la inicialmente contratada.
En resumen, tanto los contratos forwards como los contratos de futuros son herramientas clave en el mundo de las matemáticas financieras, permitiendo a los inversores gestionar riesgos y aprovechar oportunidades en los mercados. Es fundamental comprender las características y el funcionamiento de estos contratos para tomar decisiones informadas y maximizar los resultados de las inversiones.